Juan de la Cruz Varela y la lucha campesina en el Sumapaz del siglo XX
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Agirre San Bizente, Dorleta
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Durante todo el siglo XX, la región colombiana del Sumapaz fue un escenario de conflictos sucesivos de distinta índole: en primer lugar, los habidos entre hacendados y campesinos, relacionados con los regímenes autoritarios que imperaban en las haciendas y con los terrenos baldíos. Posteriormente, en el periodo conocido como “La Violencia” (1948-1957), se escenificó una especie de guerra civil entre los conservadores y libera-les de izquierda por otro, en la que se vivieron cuantiosas atrocidades por parte sobre todo de los paramilitares conservadores (conocidos como “chulavitas”, “pájaros” o “guerrilleros de la paz”),lo que trajo que el movimiento social agrario, de tendencia li-beral y de izquierdas, tuviera que tomar las armas y defenderse en forma de guerrilla móvil. Y por último, durante los años del Frente Nacional (1959-1974) se dio la llamada guerra de los “limpios” y los “sucios”, basada en el exterminio selectivo de antiguos guerrilleros y comunistas, a la que el movimiento campesino respondió mediante la re-sistencia civil.
En todos estos conflictos participó Juan de la Cruz Varela Aldana, un campesino boyacense que por diferentes causas terminó viviendo y luchando en el Sumapaz duran-te más de 50 años. Puede que fuera por sus raíces puramente campesinas o por el entu-siasmo con el que enfrentaba a quienes pretendían dominar al campesinado, pero la his-toria tradicional no ha valorado el aporte de su liderazgo, ya que sólo lo mencionan para referirse a él como guerrillero, sin nombrar las infinitas actividades que como líder realizó en los procesos sociales de su época.
Por eso, en este trabajo se pretende, a partir del análisis de diversos libros, ar-tículos, documentales, entrevistas y testimonios directos, ampliar la visión tradicional que se tiene de él, haciendo énfasis en el papel que representó como líder agrario, ya que fue gracias a su figura que el campesinado de la región del Sumapaz se organizó y luchó para reivindicar y defender sus derechos y, de esa manera, conseguir unas condi-ciones de vida un poco más dignas.
A lo largo de este trabajo se ve cómo Juan de la Cruz pasó de ser un insignifi-cante “alpargatón”, como lo llamaban despectivamente sus opositores, a ser “el terror” de los poderosos de la localidad, y eso merece ser investigado, reconociendo a Varela y sus compañeros de lucha todo lo que hicieron por intentar conseguir una sociedad más justa.