Programa de educación para la salud hacia cuidadores de personas que hayan sufrido un accidente cerebrovascular
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Date
2020-05-27Author
Vallés Rodríguez, Lydia
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El accidente cerebrovascular es una de las primeras causas de mortalidad en España, la primera en mujeres y la segunda en hombres. Se detectan aproximadamente unos 116 mil casos nuevos al año, dentro de los cuáles fallecen unos 33 mil.
El ACV se produce por la disminución u obstrucción del flujo sanguíneo y como consecuencia hay una disminución del aporte de oxígeno al cerebro.
Hay dos tipos de ictus: isquémico o hemorrágico. El isquémico se da cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre al cerebro se encuentra obstruido; el hemorrágico es cuando un vaso sanguíneo se rompe.
Dicha enfermedad es más frecuente a partir de los 55 años y el riesgo va aumentando según lo hace también la edad.
Algunos de los factores que hacen que se pueda producir un ACV son: la hipertensión arterial, los cambios arterioscleróticos secundarios a la hiperlipidemia, las arritimas (por formación de trombos), el tabaquismo, la diabetes y el sedentarismo. Así mismo, las personas de sexo masculino tienen un mayor riesgo de padecerlo.
Además el sufrir un ACV causa una disminución de la calidad de vida debido a las secuelas que se dan a largo plazo como una disminución de la movilidad y afasia.
Así mismo, hay muchas personas que tras sufrir un ictus necesitan a cuidadores que estén con ellos para ayudarles durante su proceso de salud-enfermedad.
Para los cuidadores también es un proceso nuevo y pueden verse sometidos a un estrés permanente, lo que se podría reducir con la educación. Así mismo también pueden experimentar una disminución de la calidad de vida y a una alteración de su rol habitual. Sobre todo tienen deterioro en lo físico y psicológico.
Debido a las consecuencias que genera el sufrir un ACV tanto para el paciente como para el cuidador que se encuentra con él en su día a día es muy necesario que tengan medios y la educación necesaria para poder hacer frente a su nueva situación. En un primer lugar para prevenir las secuelas, y posteriormente para saber manejarlas en el día a día. Dicha educación, conseguiríamos darla a través de un programa educativo.