Sobre el arte y su(s) historia(s): un ensayo
AusArt 2(2) : 9-21 (2014)
Abstract
In this essay is to critically evaluate specific and widespread conception of “Art” and “History”, from the analysis of the (alleged) diachrony. So when we ask what is the Art ?, is assumed that there is something beyond their actual and formal representation, is equal to itself, identitarian perfect, whole and entire, and that also subsumes in its predicate to any object as historiography to use, is worthy of such adjective (“art object”).This is so for several reasons. The first, of a purely linguistic factor, namely the existential use of the verb “to be” (= s) as ontological meaning of the term “Art”; ie the “Art” is something really existing, besides, both of any artistic object and above all, time and specific space, historic.Second, and closely related to the above and as we are accustomed these “stories and / or Encyclopedias of Art” to use, from the bison represented in the caves of Altamira (Spain) and Lascaux (France) to the most contemporary installation or performance presented in the last biennial shift there and there is a common thread which is the “Art”. Therefore, the various conceptions and therefore, languages or stylistic changes in the creation of the (art) works, suppose (formal) historical variations of this common entity.Finally and thirdly, this “story” is common to all mankind, even those cultures without History (purely oral tradition) and although they are not aware of this “artistic work” in their own cultural production (both diachronic as synchronously).; En este ensayo, se pretende evaluar críticamente determinada y extendida concepción sobre el “Arte” y su “Historia”, a partir del análisis de dicha (supuesta) diacronía. Así, cuando nos preguntamos ¿qué es al Arte?, se da por supuesto que existe algo que, más allá de su represen'tación efectiva y formal, es igual a sí mismo, identitariamente perfecto, completo e íntegro y que, además, subsume en su predicado a cualquier objeto que, según la historiografía al uso, sea merecedor de tal calificativo (“objeto artístico”).Ello es así por varias razones. La primera, por un factor puramente lingüístico, a saber, el uso existencial del verbo “ser” ( = es) como acepción ontológica del término “Arte”; es decir, que el “Arte” es algo realmente existente, al margen de, tanto de cualquier objeto artístico como y sobre todo, del tiempo y del espacio concretos, históricos.En segundo lugar e íntimamente relacionado con lo anterior y como nos tienen acostum'brados esas “Historias y/o Enciclopedias del Arte” al uso, desde los bisontes representados en las cuevas de Altamira (España) o Lascaux (Francia), hasta la más contemporánea instalación o performance presentadas en la última bienal de turno, hay y existe un hilo conductor común que es el “Arte”. Por ello, las diversas concepciones y, por tanto, lenguajes o cambios estilísticos en la creación de las obras (artísticas), suponen variaciones históricas (formales) de ese ente común.Finalmente y en tercer lugar, esta “Historia” es común a toda la Humanidad, incluso para aquellas culturas sin Historia (de tradición exclusivamente oral) y, aunque éstas no sean conscientes de este “hecho artístico” en su propia producción cultural (tanto diacrónica como sincrónicamente).