La cosa de la pintura
View/ Open
Date
2020-07-14Author
Candaulap Guinea, Luis
Metadata
Show full item recordAbstract
El escrito pretende rodear con una serie de conceptos el núcleo de publicaciones presentado, resultante de un trabajo de más de 30 años en el campo de la pintura. Para ello nos basamos en dos conceptos base, que remiten a la construcción de la obra, por una parte, y a su proyección como significación en curso hacia un hipotético espectador por otra. Tales conceptos los denomínamos respectivamente como intracuadro yultracuadro. Las nociones colaterales a este eje vertebral basculan entre un tipo de conceptos que fluyen durante todo el proceso de la obra, y otros que actúan pendientes de cierta demarcación, filtro o cierre eventual de fuerzas, formas e intensidades dadas en el juego formal.La casuística que enmarca las reflexiones puestas en juego apoya la idea de que lo ausente de la superficie pintada define en cierta manera lo presente, generando tensiones y amoldamientos que son parte y fundamento de la obra. Bajo esta idea toman una visión y peso diferente algunos aspectos formales ceñidos tradicionalmente a lo procedimental, como son la imprimación, el fondo, la profundidad o el trazo entre otros, presentando una bipolaridad que en todo momento remite al juego de las significaciones. Se asume con ello el mantenimiento de una incertidumbre que acompaña no sólo al decurso de la obra, sino que se confabula como espejo de una totalidad del significado, en continua crisis y renovación.Esta idea, reforzada técnicamente por un determinado uso de ciertas metodologías en el hacer, se concretiza paradójicamente en una obra formalmente muy blindada, amparada en la dialéctica de pares de oposición pictóricos, que encadenan para la obra una serie de problemas plásticos a los cuales se ha de responder. Aquí, y bajo el amparo del campo modulatario, se abren los conceptos de abducción, carne, momento,vital, eje vital, o puntuación. Se considera asimismo la noción de intensidad, como un hilo conductor que atiende a cada momento de la obra más allá de su concreción como parte o zona determinada, intentando ligar su resolución en simultaneidad con la unidad total de la superficie.Esta vivencia de la experimentación ,como fin y proceso a la vez, cuestiona en cierta forma la legitimación de un valor de lo plástico, o al menos lo reduce al lugar de la acción. Aquí entendemos lugar de la acción como el bucle de remisión entre el hacer y la significación, entre intra y ultracuadro, puesto lo que sucede en uno se refleja en otro.Pese a esto, y sin mentarla explicitamente, la referencia a la idea de obra de arte es continua en el escrito, presentándola de alguna forma como hipótesis de cierta garantía de la significación, o al menos del curso de las interpretaciones.Pese a titular el escrito la cosa de la pintura,es decir la pintura que atiende al complejo de relaciones estructurales y técnicas que organizan los elementos en la superficie, en detrimento de todo tema, relato o curso descriptivo, no hemos tratado de decantarnos por este modelo de actuación pictórica.Esto actualmente nos parecería algo reduccionista, pues pensamos que un estricto formato, sea el del modelo-copia, sea el abstraccionista, no tendría posibilidades de ofertarse como creativo si no arremete contra el propio estereotipo que lo circunda. Así se ha comentado que una mímesis sin methésis, es decir una obra que solo pretenda ser copia de un original, eludiendo toda participación sensorial ajena a ese trasvase de datas visuales, sería más un alarde técnico que un logro artístico.Como conclusión se resaltan aspectos como la apuesta por lo incierto, que remarca en parte cierta posición trágica de la creación plástica. Se rescata no obstante el valor inherente a la apuesta por la praxis que, como en cada época y momento histórico, trata de resolver a través de lo procedimental la transformación del objeto pintado en cosa significada.La segunda parte del escrito es una correlación de las publicaciones y una adenda explicativa de cada una de ellas.