Residuos textiles: diagnóstico y perspectiva de futuro sostenible
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Date
2021-12-02Author
García-Salmones Chobotov, Liudmila
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[EN] The textile industry is currently governed by a linear system in which the production and sales model promotes an uncontrolled generation of waste. So much so that each of us produces around 11 kg of textile waste per year. The problem is become worse by the lack of regulation, since there is not even a clear definition of textile waste.
The hazardousness of textile waste is determined by the employed raw material and manufacturing processes. However, generated volume is determined by the sales model. The prevailing Fast fashion produces new clothes on average every 7 weeks, even when 40 % of these are not sold and directly destroyed. In order to regulate this situation, new targets have been laid down in the legislation, such as mandatory selective collection by 2025 or extended producer responsibility.
Current waste management is organised by different companies that collect the textiles in containers and classify them to determine their destination: reuse, recycling, energy recovery or disposal. High-quality clothes are reused and sold in local shops or exported. Low-quality ones are usually recycled into lower added-value products. Energy recovery and disposal are commonly applied for remaining waste, resulting in an inverted pyramid of the waste hierarchy. Finally, the strategies and actions needed to turn the pyramid around and thus close the circle are considered. [ES] Actualmente la industria textil se rige por un sistema lineal en el que la producción y modelo de ventas favorecen una generación de residuos descontrolada. Tanto es así que cada persona produce alrededor de 11 kg de desecho textil al año. El problema se ve agravado por la falta de regulación, ya que ni siquiera existe una definición clara de lo que es un residuo textil.
La peligrosidad del residuo textil viene determinada por la materia prima y los procesos de fabricación empleados. El volumen de residuo generado, en cambio, lo fija el modelo de ventas. La imperante Fast fashion produce ropa nueva de media cada 7 semanas y el 40 % de esta no se llega a vender e incluso es directamente destruida. Para regular esta situación, se han establecido nuevos objetivos en la legislación como la recogida selectiva obligatoria para el 2025 o la responsabilidad ampliada del productor.
En cuanto a la gestión de residuos actual está organizada por diferentes empresas que recogen el textil mediante contenedores y lo clasifican para determinar su destino: reutilización, reciclaje, valorización energética o eliminación. La ropa de mayor calidad es reutilizada vendiéndose en tiendas locales o exportándose. La de peor calidad, normalmente, se recicla en productos de menor valor añadido. El resto se valoriza o elimina, siendo estos dos procesos los más habituales, invirtiendo la pirámide establecida en la jerarquía de residuos. Finalmente, se plantean las estrategias y acciones necesarias para darle la vuelta y lograr así cerrar el círculo.