Abstract
La trata de personas y el tráfico de migrantes son dos fenómenos diferentes, pero muchas veces relacionados. La normativa penal española, siguiendo el mandato del legislador europeo, los distingue ahora con claridad, aunque sigue vinculando el concepto de trata a la idea de explotación, lo que no es totalmente correcto, y sigue considerando relevante penalmente el tráfico ilícito de migrantes, lo que necesitaría una explicación en términos de lesividad.