Negociación e intervención en crisis: dos experiencias prácticas en la prevención de la violencia en el fútbol base
Data
2008Egilea
Sáenz Ibáñez, Alfredo
Gutiérrez Pablo, Héctor
Gimeno Marco, Fernando
VI Congreso hispano-luso de psicología del deporte : 21-22 (2008)
Laburpena
En esta comunicación se presentan dos experiencias aplicadas que forman parte de un programa de prevención de la violencia en el deporte de base. En la primera de ellas, el objetivo era la adquisición del compromiso de los entrenadores y árbitros pertenecientes a una misma categoría (1ª cadete) en el cumplimiento de unas pautas de conductas en los partidos. Para ello, se llevaron a cabo talleres de manera conjunta con árbitros y entrenadores en los que se pretendía: 1) fomentar una relación cordial y de cooperación entre los entrenadores y los árbitros; 2) adquirir el compromiso para el aumento de las actitudes y conductas deportivas de entrenadores y árbitros durante los partidos de fútbol y disminuir las inapropiadas; 3) conocer las actitudes y conductas que más incomodan al otro colectivo durante los partidos, con el fin de evitarlas; y 4) refrendar por escrito los acuerdos a los que ambos grupos llegaron a la conclusión de los talleres. Los resultados de este estudio reflejan que la aceptación y la adherencia a la emisión de estas conductas tuvo un efecto positivo en la mejora del clima entre ambos colectivos y en la mejora de la deportividad en los partidos de fútbol.
En el segundo estudio, se identificó un equipo que durante la temporada 2007-2008 mostró repetidamente comportamientos antideportivos. Por ello, con el objetivo de reducir estas conductas problemáticas, se implementó un programa de “intervención en crisis” de 14 semanas de duración en el que se pretendía: 1) conseguir que el equipo integre la figura de un nuevo preparador físico dentro del cuerpo técnico; 2) implantar o mejorar las normas básicas de comportamiento individual y colectivo tanto en los entrenamientos como en los partidos; 3) desarrollar un método de trabajo en equipo durante el entrenamiento en el que cada jugador comprendiera y aceptara el papel que desempeña dentro del equipo; y 4) aumentar el repertorio de recursos ante situaciones potencialmente violentas para eliminar las conductas agresivas-violentas mediante la incorporación de rutinas individuales y colectivas de control. Los resultados de este estudio confirman la eficacia de la intervención, no sólo en la disminución de incidentes violentos durante los partidos jugados, sino en una valoración positiva del entrenador, directivos, padres y jugadores.