El endeudamiento nobiliario en Castilla (siglos XVI-XVII)
Autor
Busto Alonso, Adrián
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemResumen
Acuñado
por la historiografía inglesa,
el término “crisis de la aristocracia”
puede
aplicarse con matices para describir la situación de la aristocracia castellana
en los siglos XVI y XVII.
Los ingresos nobiliarios
crecieron
en términos
nominales
a lo largo
del
Quinientos, pero no fueron capaces
de superar la inflación. Entre las grandes familias
analizadas se aprecian
dos tendencias.
En la mayor parte de las casas
los ingresos
comenzaron a disminuir desde las tempranas fechas de 1520-1530.
En el otro gran modelo la caída comienza en 1580 coincidiendo con
el cambio de coyuntura económica.
En el
Seiscientos la
caída de las rentas se acentuó.
Las haciendas señoriales tuvieron que hacer frente,
además
a unos gastos crecientes.
La vida cortesana del Barroco y las nuevas y mayores exigencias de la monarquía obligaban a la aristocracia
a aumentar sus gastos. Ante esta situación, una de las soluciones
que encontró la aristocracia fue
el recurso
al crédito.
El principal instrumento de crédito utilizado
por las casas aristocráticas
fue
el censo
consignativo,
que podía constituirse tanto sobre
bienes libres como vinculados. La particularidad de
estos últimos
“obligaba” a solicitar una licencia a la corona para poder
hipotecar
los bienes. Gracias a
esas facultades reales
los historiadores han podido
analizar
los motivos
esgrimidos
para endeudarse. Entre las
principales
causas
encontramos el
gasto suntuario y los servicios para con la corona. Estas razones han sido analizadas y
han
generado
un debate
historiográfico, que se presenta en el texto, sobre la
importancia
de cada una.
El
creciente
endeudamiento obligó
a buscar soluciones
tanto a la Corona como a las
propias familias aristocráticas. En el trabajo
se analizan
esas medidas correctivas, destacando
la reducción
de los tipos de interés de los censos consignativos y los concursos de
acreedores. Este procedimiento judicial se convirtió en la medida más deshonrosa para
la aristocracia, pero, posiblemente la que mejores resultados financieros ofrecía.
Los
concursos de acreedores,
lejos de
acabar con
el patrimonio
aristocrático, permitieron
enquistar la situación y mantener el estatus de la familia una vez levantado el concurso.