Paisaje y Gobernanza
Author
Muzas Martínez de Luna, Jaione
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Show full item recordAbstract
El Convenio Europeo del Paisaje (CEP) supone un antes y un después en el tratamiento que realiza la Ordenación del Territorio respecto al paisaje. El CEP concibe el paisaje como territorio percibido, lo que 1) obliga a centrar el foco en la participación pública como condición para caracterizar, evaluar y decidir el futuro de los paisajes, y 2) situa el paisaje en el terreno de la gobernanza. La práctica es, sin embargo, más compleja y revela que existen muchas cuestiones poco resueltas desde el punto de vista conceptual, metodológico y de políticas públicas. En este contexto, y partiendo de un proyecto muy concreto, dentro del proyecto del Plan de Acción de Paisaje de Amurrio (PAP), se ha diseñado y desarrollado un proceso de participación ciudadana. El objetivo se ha centrado en 1) conocer el concepto de paisaje que tiene la población, 2) aproximarse al nivel de conocimiento e identificación que esta tiene de los paisajes de su entorno, 3) averiguar la forma en la que la ciudadanía percibe los procesos evolutivos del paisaje, 4) descubrir si las ideas aportadas pueden resultar de utilidad de cara a la planificación y gestión futura del paisaje y 5) descubrir si existe o no coincidencia entre la valoración que realizan los expertos y la opinión ciudadana. Para cumplir con los objetivos de la investigación se diseñaron diferentes actividades dirigidas a la participación ciudadana: encuestas, entrevistas a una serie de agentes seleccionados y talleres abiertos a la población en general. Los resultados obtenidos durante el proceso de participación se analizan de cara a los objetivos perseguidos. Entre los resultados destacan: la escasa coincidencia entre la definición del CEP y la de la población en relación al término paisaje; la gran identificación entre los ciudadanos y sus paisajes y las nutridas propuestas obtenidas en los talleres y entrevistas en relación a la planificación y gestión futura del paisaje. En definitiva, se puede concluir que las herramientas y procesos de participación pública proporcionan una rica documentación y son una herramienta válida para testear y experimentar sobre las posibilidades de participación a una escala muy manejable.