Las pinturas barrocas de Antonio Palomino en la bóveda de la Capilla del Sagrario de la Cartuja de Granada
Laburpena
Aunque en la ciudad de Granada su obra más reconocida es la Alhambra, en este trabajo nos hemos centrado en una obra barroca. Pretendemos estudiar la intervención de Antonio Palomino en las pinturas de la bóveda del Sagrario de la Cartuja granadina. La Cartuja de Granada acoge algunas de las obras que mejor representan al barroco español, como su sacristía y su capilla del Sagrario, construida por Francisco Hurtado Izquierdo a partir de 1709. En ella se encuentra la obra objeto de nuestro trabajo: las pinturas de la bóveda que llevó a cabo Antonio Palomino, el pintor español más importante del primer cuarto del siglo XVIII. Palomino, nacido en Córdoba, completó la capilla con una serie de cuadros y la decoración al fresco del techo, siendo partícipe del bel-composto que envuelve este espacio. Las pinturas de Palomino, realizadas a principios del siglo XVIII, complementan a las formas arquitectónicas diseñadas por Hurtado Izquierdo, uno de los grandes arquitectos del barroco español, y a las esculturas hechas por José de Mora, Duque de Cornejo y José Risueño. En las pinturas que Palomino realiza en el Sagrario se intuye la influencia de artistas españoles como Juan Carreño o Claudio Coello, pero sobre todo la del italiano Lucas Jordán. Este pintor, que estuvo trabajando en la Corte de Madrid, fue su principal referente y quien lo introduce en la pintura decorativa de techos, ya desarrollada en Italia por los Carracci, Mitelli y Colonna. A través de este estilo, Palomino representó en la bóveda una glorificación que ensalza el Sacramento de la Eucaristía, y una apoteosis de la orden cartujana. Esta apoteosis barroca contiene un programa iconográfico creado por el propio Palomino, ya que sus estudios teológicos le capacitaban para ello.