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dc.contributor.authorSuárez Mansilla, Luís
dc.contributor.authorSantas Torres, Asier
dc.date.accessioned2020-07-10T10:06:36Z
dc.date.available2020-07-10T10:06:36Z
dc.date.issued2013
dc.identifier.citationAusArt 1(1) : 71-78 (2013)
dc.identifier.issn2340-8510
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/10810/45303
dc.description.abstractGiovanni Battista Nolli dibujó, en 1748, la Nuova pianta di Roma. De su análisis gráfico se entiende que el geómetra lombardo no sólo valoró la separación entre espacio público y privado sino que incorporó gráficamente al primero el interior de los edificios sagrados. Nolli entendió que las iglesias romanas podrían abrir sus puertas para emplearse como travesías que mejoraran los recorridos urbanos, permitiendo establecer nuevos trayectos y protagonizando arquitectónicamente lo que entendía como paseos cultos. En el siglo XIX, el filósofo Walter Benjamin descubrió el cambio introducido en el París moderno por los pasajes comerciales, y de la mano del poeta Baudelaire, explicó en su libro The Paris of the Second Empire In Baudelaire cuánto la modernidad de las metrópolis decimonónicas se ligó a conceptos relativos al deambular romántico. En ambos momentos históricos la arquitectura privada (iglesias o pasajes comerciales) transformó la ciudad por donación de sus espacios interiores al sistema de lugares comunes y públicos. En el siglo XX, no obstante, los esfuerzos se centraron en la mejora de la vivienda colectiva, la reconstrucción urbana tras los desastres bélicos o la creación de macrocomplejos de ocio donde el uso de sus instalaciones se subordina al consumo inducido. En la actualidad, la crisis producida por la desmesurada expansión urbanística de las últimas décadas obliga a centrar el debate en torno a dos tipos de espacios públicos: los generados por el planeamiento de estándares, en los que lo más importante es conseguir los metros cuadrados ajardinados que marca la normativa; y los interiores de la ciudad histórica densificada, cada vez más degradados y en proceso de despoblación. En estos últimos cualquier pieza arquitectónica (nueva o rehabilitada) es una oportunidad ineludible para proponer un lugar abierto a la ciudadanía, en el que sus espacios, sean del uso que sean, se ofrezcan universalmente como marcos para todo tipo de acción. En la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra se ha ensayado con los alumnos un ejercicio proyectual trabajando la inserción de un edificio singular en una zona de la ciudad con graves carencias de espacio común. Los resultados se exponen en esta ponencia como conclusión sobre la obligatoria aportación de la nueva arquitectura a lo colectivo, desde el punto de vista de la disolución de las fronteras entre lo público y lo privado, o entre el uso concreto y la actividad urbana.
dc.language.isospa
dc.publisherServicio Editorial de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatearen Argitalpen Zerbitzua
dc.rightsinfo:eu-repo/semantics/openAccess
dc.titleLugares simbióticos entre ciudad y arquitectura: un caso práctico
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/article
dc.rights.holder© 2013, Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco Euskal Herriko Unibertsitateko Argitalpen Zerbitzua


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