Homenaje a la profesora Olga Omatos
Laburpena
Es conocida la pasión de muchos griegos por España, tanto de los que acabaron escogiéndola como su segunda patria –desde Theotocópulos hasta Perdikidis– como de cuantos la amaron como país y escribieron sobre ella, o tradujeron a sus poetas y a sus dramaturgos, o representaron las obras de éstos. Julia Iatridi, Kostas Uranis, Pantelís Prevelakis, Nikos Kazantzakis, Nikos Gkatsos, Jacobo Kampanellis y tantos otros hicieron gala de una admiración ilimitada por las letras españolas. El teatro griego de postguerra, en particular, está estrechamente ligado al nombre del poeta asesinado por los franquistas, Federico García Lorca. Pero también se da el fenómeno inverso: el acendrado interés por la Grecia moderna que se observa desde hace años en España, tanto en Castilla como en Andalucía, en Cataluña o en el País Vasco. Olga Omatos pertenece a ese grupo de filólogos españoles que empezaron como filólogos clásicos y acabaron convirtiéndose en especialistas en literatura griega moderna. Sus traducciones de la tragedia Erofili de Jortatsis y de la poesía de Kavafis, así como su inagotable interés, a partir de 1985, por la figura y la obra de Nikos Kazantzakis, constituyen las mejores pruebas de su dedicación a la Grecia de la época moderna. Un examen del conjunto de su trabajo de investigación y de las traducciones de literatura griega que ha llevado a cabo, muestra, por cierto, que Kavafis representa una excepción, y que la regla la constituye la literatura cretense, desde finales del siglo XVI hasta la segunda mitad del siglo XX. Tal constancia no puede menos que conmover a todos los que, al igual que Olga, identifican su vida profesional con la literatura y el arte cretenses, aun sin ser originarios de la isla. Un sincero amor por Creta, lejos de toda hipérbole y adulación, es lo que caracteriza su contribución al estudio y la promoción de la literatura cretense. Ésta es la razón por la que Olga Omatos ha sido repetidamente reconocida y galardonada por las instituciones griegas. Es hora de que todos juntos, españoles y griegos, le brindemos este homenaje por su contribución y abnegada entrega a los estudios griegos.