El principio de transparencia: luces y sombras en la contratación pública
Laburpena
La contratación del Sector Público, que se percibe hoy en día como una actividad esencial que maneja grandes recursos públicos, es el fruto de la evolución del Estado. Se trata de una actividad que, al suponer una interacción entre los entes públicos y privados, cuenta con un régimen jurídico complejo. Al desplegar sus efectos en numerosos sectores, es fundamental asentar unos principios aseguradores de la eficacia de la contratación. Como los servicios públicos se prestan para los ciudadanos, la transparencia se configura como el principio vertebrador para la prestación de esos servicios. A raíz de este principio tanto los individuos, como los operadores económicos pueden evaluar las actuaciones de los adjudicadores que, en el escenario planteado, cuentan con las prerrogativas para diseñar el procedimiento de contratación. No obstante, la trasparencia no se identifica con la mera publicidad exhaustiva de los datos, sino que tiene sus matices y límites. A pesar de que a menudo puede suponer una traba para la agilidad contractual, no deja de ser un instrumento clave en la lucha contra el fenómeno de la corrupción.