La labranza del hierro en el País Vasco. Hornos, ruedas y otros ingenios

Abstract

A las puertas del siglo XXI el País Vasco asiste a una transformación profunda de sus áreas fabriles. Aún perduran los ecos de la reconversión industrial acometida en la década de 1980. La experiencia no estuvo exenta de episodios dolorosos que hoy comienzan a difuminarse de nuestra memoria con la ayuda del acelerado proceso de destrucción de espacios fabriles emblemáticos.Pabellones, muelles, naves… antaño agitados por la fiebre productiva, apenas si perduran como testigos silenciosos del pasado. Son estructuras que se presentan vacías de contenido para la sociedad actual, volcada en el sector de servicios. Y ceden su lugar ante la especulación del suelo. Pero con ellas se pierde la memoria arquitectónica de la que fuera carta de presentación vasca por excelencia en Europa y en el mundo: el hierro. Desde fechas prehistóricas el pueblo vasco ha caminado estrechamente ligado a las evoluciones de su Minería y Siderurgia.La extracción y labranza de la "vena" que encerraba el subsuelo le permitió comprometerse en una economía volcada hacia el exterior. Más allá de sus efectos sobre la balanza de pagos, el hierro ha trascendido hasta el extremo de imponer un sesgo privativo en la Historia y la Cultura. A lo largo de estas páginas proponemos un paseo por los hitos que han marcado su evolución, y la reflexión sobre algunas de las claves de nuestra herencia. La herencia, en fin, de un país de hierro.