dc.description.abstract | En la Ciudad de Buenos Aires, todos los primeros jueves de cada mes, en el marco del Programa Comisarías Cercanas, se reúnen en todas las comisarías porteñas algunos vecinos, funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, miembros de la Junta Comunal y los comisarios de turno. El micrófono circula y los participantes demandan medidas, discuten entre sí y con las autoridades presentes. Siguiendo la perspectiva de los problemas públicos, en este artículo nos centramos en la caracterización de la dimensión dramática y expresiva que entraña asumir el rol de víctima de la inseguridad, un problema público que ya lleva décadas enraizado en la escena argentina. A partir de una estrategia metodológica cualitativa basada en observaciones participantes y entrevistas en profundidad, nos preguntamos por el modo de encarnar en dicho rol, los recursos expresivos en juego, las narrativas que son movilizadas en el marco estos programas específicos, así como rol o performance que las autoridades deben desplegar para brindar una respuesta y demostrar eficacia. Como cierre, el artículo ofrece algunas reflexiones preliminares sobre las implicancias que conllevan los nuevos modos de victimización contemporánea, sobre todo, en aquellos casos donde la víctima no ha sufrido grandes tragedias colectivas.; The first Thursday of every month, in the context of the Community-Police Meetings, there is a meeting that involves some residents, officials of the Government of the City of Buenos Aires, members of the Community Board and commissioners on duty. The microphone circulates and the participants demand measures, they argue among themselves and with the authorities. Following the social problems perspective, in this article we focus on the characterization of the dramatic and expressive dimension involved in assuming the role of a victim of insecurity, a social problem that has been rooting in Argentina for decades. Through a qualitative strategy based on participant observations and in-depth interviews, we wonder about the way of embodying this role, the expressive resources at stake, the narratives that are mobilized in these programs, as well as the role or performance that authorities must deploy to provide a response and demonstrate effectiveness. To conclude, the article offers some preliminary reflections on the implications of the new ways of contemporary victimization, especially in those cases where the victim has not suffered great collective tragedies. | |