dc.description.abstract | Podría creerse que el campo de la Economía Social y Solidaria (ESS) vasca reproduce, de cara a las políticas públicas "leyes, decretos y órdenes, o estrategias, planes y convenios" la actitud defensiva-ofensiva de su homólogo francés, muy implicado, a favor o en contra, de la ley que creó las "empresas con misión", parcialmente inspiradas en los valores y la praxis de la ESS. En realidad, hay en Euskadi una cierta indiferencia respecto de los equivalentes locales de estas propuestas de polinización: Sociedades Participadas por los Trabajadores y Modelo Inclusivo-Participativo Vasco de Empresa no son vistos por la mayoría de las estructuras representativas y de sus empresas socias, ni tampoco por las instituciones, como una disrupción. Este trabajo, además de tal constatación, pretende identificar la razón: la ESS, creada jurídicamente por ley en 2011, aunque cuenta en Euskadi con una red sectorial, es poco considerada como suma de la Economía Social y de la Economía Solidaria. La primera (cooperativas y sociedades laborales) teme que su carácter competitivo se identifique con el Tercer Sector o la Solidaria: presente desde hace décadas, tiene una visión optimista del futuro. En cambio, la Economía Solidaria (centros de empleo, empresas de inserción, empresas sociales, asociaciones, fundaciones y ONG) es más crítica. El resultado es un campo invisible, demasiado fraccionado para apostar en grupo por polinizar la economía de capital o sentir el miedo a diluirse, lo que confirma que la distinción de grupos de agentes sociales, a diferencia del caso de individuos, requiere de una conciencia de clase para pasar al acto. | es_ES |