La revolución industriosa
View/ Open
Author
Navarro Satrustegi, Mikel
Metadata
Show full item recordAbstract
A principios de los años noventa, el historiador holandés Jan de Vries formulaba la teoría de la “revolución industriosa” para tratar de resolver la contradicción que se observaba entre el crecimiento de bienes de consumo duradero que reflejaban los testamentos e inventarios holandeses del siglo XVII e ingleses del XVIII y el comportamiento de los salarios reales, estancados o en descenso.
Para explicar esta paradoja sostiene que los salarios reales masculinos no son significativos de los niveles de bienestar, ya que, por un lado, no tienen en cuenta el número de días trabajados a lo largo del año y por otro, no recogen los ingresos de la unidad familiar. Según de Vries, en el “largo” siglo XVIII (1650-1850) se habría producido en las economías más avanzadas del norte de Europa y en las colonias británicas de Norteamérica un aumento de la oferta de trabajo para que las clases no pudientes pudieran permitirse acceder al consumo de nuevos productos. Por un lado, mediante el descenso del número de días festivos, impulsado por la Reforma protestante. Por otro, reorientando el trabajo de las mujeres y los niños desde el trabajo doméstico hacia actividades remuneradas en el mercado. El consumo –el “afán” consumista– habría sido el principal motor de esta “revolución industriosa” que habría precedido y preparado para la revolución industrial.
La “revolución industriosa” sigue siendo una teoría atractiva y, sobre todo, ha estimulado el debate historiográfico, pero sus debilidades empíricas son muchas y, por ahora, no parece que sea una explicación plausible a procesos como la revolución industrial.
El objetivo de este trabajo es exponer las tesis de de Vries y las principales críticas que han suscitado.