Ignem veni mittere in terram. La iconografía jesuítica en "La Apoteosis de San Ignacio de Loyola" de Andrea Pozzo

Abstract

La decoración de la iglesia de San Ignacio de Loyola, construida por Orazio Grassi, fue encargada a finales del siglo XVII al jesuita Andrea Pozzo. El pintor tridentino, cumpliendo con la voluntad de Gian Paolo Oliva, General de la Compañía de Jesús, y, de acuerdo con las normas anunciadas por la Contrarreforma, ornamentó la bóveda de la nave central creando una de las glorias más destacadas del Barroco triunfante. La Apoteosis de san Ignacio muestra un complejo programa pictórico en el que la idea central consiste en subrayar la labor misionera de la Compañía de Jesús. El propio Pozzo reconoció tal propósito, expresando que, para conseguirlo, siguió las indicaciones de sus superiores desplegando las imágenes, santos y alegorías suficientes para ilustrar la difusión de la palabra de Cristo. De este modo, exalta también a la propia orden ignaciana, así como a sus principales miembros. Esta concepción está reproducida en una escenografía con perspectiva sotto in su que busca transformar la iglesia en una obra de arte total, cuyo deslumbramiento se ha de impregnar en el fiel que la observa haciéndole partícipe de la gloria.