Alcabalas y gasto público en los distritos fiscales riojanos a fines de la Edad Media: la distribución de los juros situados (1480-1504)

Abstract

A partir de diferentes documentos contables que sobre pago de alcabalas se han recopilado para los años finales del siglo XV y primeros del XVI, en el Archivo General de Simancas, especialmente en las secciones de Contaduría Mayor de Cuentas, Expedientes de Hacienda y Escribanía Mayor de Rentas, se analiza la contribución de los concejos y de los gobiernos urbanos de las ciudades, villas y demás localidades realengas que integraban las merindades riojanas, en los pagos distribuidos a través de las alcabalas de sus respectivos distritos fiscales. El objetivo se centra en analizar el gasto público, cuyo conocimiento, tal y como han puesto de manifiesto diferentes investigadores, resulta fundamental para entender muchos aspectos de la organización y de la gestión de las administraciones hacendísticas regias europeas medievales y modernas. La importancia que el impuesto de la alcabala tuvo para las arcas regias justifica el interés por conocer el destino de esta renta en las circunscripciones fiscales riojanas. Concluimos que en los años finales del siglo XV y primeros del XVI la deuda consolidada que componía el monto de los juros situados en tierras riojanas, estuvo conformada de forma mayoritaria por juros de heredad, y en menor medida por juros de por vida y al quitar. Los juros se canalizaron de forma modesta hacia instituciones religiosas, servidores regios y élites locales, y de forma abrumadora en favor de la nobleza señorial, siendo sus beneficiarios miembros de la pequeña, mediana y, sobre todo, alta nobleza. De la misma manera, el monto moderado de la deuda consolidada que componían los juros en tierras riojanas (algo más del 30% del global en los años documentados) permitió que la hacienda regia pudiera emplear el excedente de los ingresos de alcabalas en las libranzas, que canalizaron la parte más importante del gasto de las alcabalas de los distritos fiscales riojanos, si exceptuamos los pagos de los juros situados en la ciudad Logroño a partir de 1499.