dc.description.abstract | La labor divulgativa que ejercen los medios de comunicación en todos los ámbitos, se
extiende, ¡cómo no!, también al de las ciencias de la salud. La televisión, la radio y la prensa han ido introduciendo en la lengua estándar una serie de términos que conservan la fascinación y el prestigio de una lengua de especialización técnica y, que la mayoría de los usuarios de la lengua engullen como si se tratara de algo normal, sin pararse a reflexionar sobre la comprensión del mensaje que acaban de oír o de leer.
En muchas ocasiones, el vocabulario científico no es desconocido para los hablantes de una lengua porque se ha ido formando a partir de palabras de la lengua estándar a las que se dota de un significado especializado. En otras ocasiones, no es que se produzca un cambio de significado de los términos cuando su uso se populariza, sino que se convierten en desusados o arcaicos en el ámbito de la ciencia y terminan desapareciendo, pero siguen vivos en el habla
cotidiana. Son los casos de calentura, paperas, piedras… que habiendo sido términos propios de la medicina en su tiempo, en la actualidad son palabras corrientes y, poco empleadas en el mundo científico e incluso en la prensa no especializada.
Se puede hablar de distintos tipos de relación entre el léxico científico y el estándar. Hay voces que pertenecen a un léxico especializado que son utilizadas por cualquier hablante de la lengua como productores de mensajes y que no conllevan dificultad alguna para la codificación
o descodifación de los mensajes. Otras veces, manejamos el léxico especializado como usuarios: Me tratan con antidiuréticos, me han prohibido la riboflavina, tengo muy alto el GTP. Por otro lado, todos conocemos un léxico especializado básico que hemos adquirido en la escuela: hematíe, leucocito, sistema linfático… Existe, asimismo, un uso ultraespecializado de uso exclusivo entre los profesionales en situaciones que se refieren a su propia área de especialización.
Teniendo, pues, en cuenta los diversos tipos de relación entre el lenguaje común y el
científico, en este artículo se estudia si los lectores de prensa no especializada entienden el vocabulario científico referido a las ciencias de la salud y si están familiarizados o no con esos términos. Para comprobar el conocimiento del sentido de algunas voces se realizó un vaciado de
los términos marcados con la abreviatura Med. ‘Medicina y Ciencias de la Salud’ en el
Diccionario de español actual. Con los términos que recoge este diccionario, y que
consideramos, por su frecuencia de aparición en el Banco de Datos CREA (Corpus de
Referencia del Español Actual) de la RAE y en las bases documentales de algunos medios de comunicación, como de uso frecuente, se elaboró un cuestionario con el que recogemos la opinión de un grupo de alumnos de la UPV/EHU de las licenciaturas de Periodismo, Publicidad y Relaciones Públicas, Comunicación Audiovisual y Traducción e Interpretación.
El análisis de los datos permite un mejor conocimiento de la relación entre el lenguaje
científico de las Ciencias de la Salud, que utilizan los medios de comunicación en sus
informaciones y el dominio de la lengua que manifiestan los hablantes universitarios que han elegido profesiones en las que la lengua es una herramienta básica en su quehacer diario. | es |